lunes, 29 de marzo de 2010

Jugar a simular.

Parece que jueguen a simular los sentimientos. Las sonrisas. Las lágrimas. El sol sale tímido y se deja comer por las feroces fauces de las nubes, que cubren el cielo de gris y las calles con sus gotas. La lluvia llega así, sin ser invitada, igual que los días malos. Que las decepciones. Que las puñaladas.
Se clavan tan adentro, que van creando coraza. Y esa coraza va creciendo y te hace abrir los ojos. Y si de algo estoy segura es de que los que traicionan, a quien primero fallan son a ellos mismos. Se engañan y se ciegan. Se meten en un papel que no es el suyo. O quizás si, pero si esa es su personalidad que tristeza tan grande.
Prefiero ser yo. Sonreír. Tener mi ración de sol y sonrisas cada día. Y aunque no lo comparta con nadie, no fallarme a mi misma. No perder esa esencia, ese camino que nos hace ser verdaderos.
Y si me conformo con una canción, un baile, un ratito con amig@s, pero de los de verdad, con un dibujo, con una serie, con un programa, con un plato de espaguettis o con una simple sonrisa de alguien que te cruzas por la calle, y de esa manera soy feliz, no me importa lo más mínimo lo que el resto opine.

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