viernes, 30 de julio de 2010

Pequeñas cosas.

Miro alrededor, a esas paredes que cobijan la mayor parte de las horas de mis días, y es cuando me doi cuenta de tantas cosas...
Ahí están, plasmados en recuadros de papel brillante y resistente, momentos del pasado, cercano o lejano, de viajes en el metro, de primeras veces, poses absurdas, risas incontroladas... Primeros encuentros, risas secundarias, cariño ganado... grandes recuerdos que empapelan muros y al observarlos inevitablemente provocan sensaciones, de echar de menos, de ganas de que avance el tiempo, sea diciembre y estar frente a él de nuevo, o simplemente de recorrer kilómetros y desaparecer durante horas... ojalá días, y ponerle solución a posibles conflictos, causados por la injusticia de este mundo, que tan pronto te da todo o te lo quita... Pero lo que jamás podrá quitarnos es la capacidad de recordar, de guardar en nuestra memoria todos esos momentos que nos han hecho reír o llorar de la emoción, todos esos momentos que cuando no los tenemos los echamos de menos, los necesitamos... y a veces, es el propio tiempo el que nos va creando de manera silenciosa una coraza, que sin nosotros mismos saberlo, nos protege ante el dolor, ante la posibilidad de que esos momentos no vuelvan a producirse... y a su vez nos genera miedo de perderlo todo al proporcionarnos la multitud de sensaciones de las que el mismo es cómplice.
Las mismas sensaciones que nos sorprenden, cuando leemos un libro y sin saber como nos parece estar leyendo momentos de nuestro día día, mismos sentimientos, pensamientos y hasta reacciones que se asimilan a nuestra vida, y planearlo te hacen reflexionar sobre tu presente, sobre todo lo que esta por venir... ese futuro que de una manera u otra ya está escrito, que algún día formó parte de un pasado y que por unas circunstancias o hechos nos ha brindado una segunda oportunidad, que quiero y queremos absorver al máximo. No puedo decir que estemos en nuestro mejor momento, lo reconozco, por ti, por mi, quizás por que la rutina quiere jugar con nuestro presente, no lo sé, pero de la misma manera que el tiempo jugó en nuestra contra, desde hace bastante esta jugando a nuestro favor, aportándonos píldoras de grandes momentos que nos ayudan a que esos recuerdos nunca se ahoguen.


No hay comentarios:

Publicar un comentario