sábado, 28 de agosto de 2010

Asumir.

He aprendido a mantener la calma ante momentos de tensión, a no sufrir por asuntos que no lo merecen. Sigo siendo debil ante unas horas de ordenador o una buena película. Soy capaz de mantener conversaciones con altas dosis de sentimientos incrustados en el fondo del asunto, y aunque mi alrededor se empeñe en enturbiar la calma mi mente permanece fría. No puedo evitar la tentación que me supone el chocolate y mucho menos el café. Supe reirme cuando mi cuerpo pedía a gritos llorar. Veo las cosas del pasado como experiencias positivas que han aportado coherencia y armonía a mi presente. Me he vuelto egoista, quizás demasiado, pero soy yo. Aprendí darme cuenta de cuales son los asuntos que realmente importan. Hago uso de mi paciencia ante ciertas situaciones no demasiado fáciles. Asumí soportar horas desagradables en ambientes adjudicados por capricho del destino, sin tener que ver nada en el asunto. Sé quién y quienes merecen la pena, y aunque podría hacer una lista que se antoja interminable de cosas que cambiar, hay otras tantas cosas que me hacen reír ante actitudes externas que siguen siendo caprichosas y desean involucrarse en vidas ajenas, que nunca serán suyas, pues para poder formas parte de la vida de alguien, hablemos de cualquier nivel posible de los que esta asunto admite, lo esencial es formar parte de tu propia vida, basada en ti, tus gustos, preferencias, costumbres, manías... no apropiarte de varios espacios de vidas del entorno y asi construir la tuya, solo tienes una vida basada en remiendos, asúmelo, que el tiempo sigue corriendo y una vez más sigues atrás, en el fondo, a la cola del resto del mundo. Pero no puedo comparar mi debilidad antes la música con la debilidad que me provoca él... sus gestos, palabras, actos, risas, su voz... por que con él he aprendido a ser capaz de avanzar por mi propio camino... 


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