sábado, 18 de septiembre de 2010

¿Bailas?

Las reglas están para romperlas, y las barreras para provocar impedimentos, pero cuando no puedes hacer algo, ese algo pasa a ser parte de las cosas que más te gustan. Todo el mundo tenemos limitaciones, pero cuando tus limitaciones son físicas las barreras son tan caprichosas que están más presentes en tu vida que en la de cualquier otra persona.
En el colegio, las veía en todas las fiestas y yo quería estar ahí. En las películas, era una de las partes que más me gustaba.


¿Como iba a ofrecerme un programa de televisión la posibilidad de abrir tantas puertas?


Por difícil que parezca lo hizo.  Es innegable, que a todos sus protagonistas mucho más, pero a mi me abrió las puertas de darme cuenta de que el baile es una de las cosas que más me gusta, y que eso no implica ser un bicho raro. Puede parecer extraño sí, pero al igual que me he acostumbrado a vivir sin poder hacer otras muchas cosas, sería imposible acostumbrarme a vivir sin el baile. También me abrió las puertas de poder conocer a gente maravillosa, que me han apoyado y animado a hacer lo que me gusta, que me han aportado el disfrutar viéndoles a ellos encima de un escenario, a compartir  sentimientos, a sentir...

Pero una de las cosas que más valoro de todas las que  me ha aportado ha sido darme la oportunidad d conocer a todas y cada una de esas personas que en su día decidimos formar parte de un buque con tripulación procedente de Madrid, Barcelona, Sevilla, Salamanca... Un buque que ha vivido muchas experiencias, que ha tenido sus días mejores y peores, sus risas, enfados, e incluso abandonos, pero ha creado grandes lazos de amistad. De esos que ahora lloras pero al segundo ríes porque siempre están ahí. De esos que no importa si no hablas en días, en diez minutos te pones al día y el ansia te puede porque echas de menos los días por Madrid, con ellas, con un millón de temas de conversión por medio, de solucionarnos los problemas o al menos intentarlo. Una amistad de las verdaderas. De las que dejan huella.
Ese buque tiene un capitán, al que admito, echo de menos, al igual que admito, me ha dado rabia la situación que se ha creado en ocasiones al respecto, pero cuando pasa el tiempo y te pones a pensar... Si nos pasase algo parecido...


¿Seríamos capaces de reaccionar sin que nada molestase a nadie?


Sinceramente, creo que la situación hubiese podido conmigo y con más de una persona. Por eso hace un tiempo, llegó el momento de pensar, recapacitar y respirar. Todo el mudo tenemos derecho a equivocarnos. Y nadie, tenemos derecho a pedir nada a alguien que nunca nos lo ha pedido. Las cosas se hacen porque se quiere, de verdad, con el corazón, y sin esperar nada a cambio. Si esperas algo sin tener por qué es cuando vienen las decepciones.



Mi parte del buque seguirá en pie.
Un día llegó a mi vida un nuevo lema que no abandonaré...





Expresa & Siente.

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