sábado, 25 de septiembre de 2010

Es esa persona...


... que hace perder el equilibrio a la balanza. Quién me hace sentir cosas como nadie y a la vez quién más daño me hace. 

Creo que lo peor de todo es que esto ha formado parte siempre de la rutina, y si nada lo remedia seguirá siendo parte de ella. No soy capaz de imaginarme una rutina sin él, sea de la manera que sea.


No encuentro el punto en el que las cosas se inclinen hacia un lado o hacia el otro. Ni el punto hacia el que quiero que se inclinen. Puede que si todo ha seguido este camino sea por que la nuestra sea una de esas historias imposibles, de las de querer y poder. 

Es verdad que para nada tengo las cosas claras, que las dudas siguen ahí, flotando en el aire, y que le echo tanto de menos que aunque el sol se esconda antes, ultimamente los días se me hacen eternos. 
Pero sé, que por el momento tomar otro camino sería engañarme a mi misma, negar lo evidente y adentrarse mas en las cicatrices. Por eso dejaré que la balanza continúe sumergida en su inestabilidad, mejor eso que nada, y dejaré que mis impulsos tomen la parte dominante en el asunto. 







La conclusión es que quererte no es lo mismo que tenerte, que tenerte no es quererte y perderte esta en mi suerte. Que yo vivo del presente y el presente de repente lo componen los que saben que en la vida está la muerte.

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