martes, 9 de noviembre de 2010

La esencia.

Hay de varios tipos. Las que te van formando a lo largo de la vida. Las que vas perdiendo o intercambiando según vas creciendo. Las que forman tu mundo. Y están, las piezas que forman sus mundos. Recogen una de aquí, otra de allí, pero al segundo ven algo mejor y deciden volver a cambiarlas. Son antojadizos, nunca están lo suficiéntemente conformes con lo que tienen y sus ansias por destacar les hace imitar el entorno que les rodea. Dejan en el camino buenos momentos, posibilidades de comenzar su propio puzzle desde cero, pero la envidia les gana el pulso, la avaricia les impide avanzar. Creen que pueden presumir, de aquello que aprendieron del resto. De todo aquello que les ofrecieron y agradecieron con desprecio. No se dan cuenta de que esas piezas, jamás encajarán en sus vidas. Podrán parecerse, pero les faltará lo más importante..... la esencia de una personalidad propia.

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