Adios venda.

Cuando nos quitamos la venda de los ojos, avanzamos más en un espacio menor de tiempo. Es una lástima que no podamos elegir el momento para quitárnosla y que, por caprichos del destino cuando menos lo esperamos se caiga por su propio peso. Había oído a mucha gente hablar sobre el tema, expresar su opinión, y de una manera u otra todas llevaban al mismo sitio. Unos días me ponía de su lado, veía las cosas desde el mismo punto de vista, pero otros me aferraba tan fuerte a esa venda, que no quería creerlo, me engañaba a mi misma. ¿Y a cambio de qué? De nada. O quizás de mucho... de muchas cosas positivas y aprendidas, pero... ¿Y si esa maldita venda me ha hecho dejar de lado una parte tan importante de mi vida? He cometido los mismos errores que tantas veces llegué a reprochar, y no estuve en el sitio que debería haber estado. No me arrepiento, ahora sé que necesitaba ese tiempo para ser consciente de tantas cosas. Hoy sé, que no quiero seguir perdiendo, que no quiero más engaños, que yo también quiero mi oportunidad.

 

No entiendo la palabra no, 

la teoría la pruebo, 

y suspende mi corazón, 

es imposible negarle el latido, 

es muy cabezón.