La vida fluye entre frases de canciones, días de sol o lluvia, y viajes entre las páginas de los libros, aportándole motivos para soñar. Hay sueños y sentimientos que si nunca ven la luz, ni sienten el calor del sol, formarán a pasar parte de recuerdos olvidados que tarde o temprano acabarán congelándose de tal manera que nadie se acuerde de ellos. Los elegidos tendrán el privilegio de transformarse en textos que inunden tu mirada.
El verano ya se nos ha ido de las manos y el siguiente en escaparse es Septiembre. No ha sido el mejor verano de todos, ni ha sido un Septiembre que haya marcado el inicio de algo nuevo como ocurría antes. Pero eso ha sido tan solo una etapa que ha llegado a su fin. El gran reto de algo que me propuse ya está aquí, frente a mis ojos y no habrá una mala racha o un día gris que sea capaz de ponerme la zancadilla.
Se lo debo a toda esa gente de verdad, la que siempre ha creído en mi y con las que las palabras tiempo y distancia no existen, por que siguen estando ahí, pero sobre todo, me lo debo a mi misma, por todos esos miedos que en su día dejé atrás, y que ahora, ya no tienen un lugar a mi lado.
He visto series, he organizado el planning pre-proyecto, he calentado café... no, mentira, lo he hecho todo en automático... como si hubiese pulsado el play y mi cuerpo hubiese actuado por inercia, lo que es mi cabeza estaba.... yo que sé donde estaba... lleva días perdida vete tu a saber donde.
Lo que si puedo describir es que sin ninguna razón mínimamente lógica, al menos aparentemente... lleva todo el día tarareando la misma canción. Es absurdo, igual de absurdo como que, de repente, me haya acordado primero de aquellas mañanas en las que... bah, da lo mismo lo que ocurriese aquellas mañanas, y que, para no pensar en el tema, me haya sentido como si tuviese un post it en la frente en el que pusiera "pudimos ser mucho y no hemos sido nada por tu cobardía" y lo haya sentido hacia otra persona...
Lo que no entiendo es por qué, cuando "dejo de pasar" necesité huir, refugiarme en otras historias, en una en concreto. Sí, me entregué tanto que hasta pude olvidar(le), creía sentirme feliz, pero no era más que un espejismo del desierto que cuando empezó a doler de verdad se evaporó, sin más.
Creo que puedo añadir todas estas vueltas de mi cabeza, a la lista de cosas estúpidas que surgen de las tarde de manta y sofá. Es ridículo seguir pensando en ello... ¿no?
¿Sabes? Creo, que quizás, simplemente no hayamos hecho las cosas de la mejor forma. Con esto, no quiero decir que nos hayamos equivocado. Para nada. Las circunstancias nos han llevado a permanecer encerrados en un estado de locura transitoria. Sin pausas, ni descansos que nos alentasen a tomar aire y barajar la posibilidad de diferentes perspectivas.
Ahora estamos a tiempo. Y de hecho, eres consciente de ello. Vamos a volver a empezar. Pero vamos a hacerlo con calma, con aliento, despacio, sin prisas ni agobios. Empezaremos de cero. Desde el principio. De abajo arriba, como se construyen los buenos cimientos.
Sería engañarnos si creyésemos que hemos podido salir de ese estado de locura... nos delatan los hechos y las acciones. A cada cual más desconcertante. Pero párate a analizarlas... nos llevan a aquél punto. Al instante en el que sobraban las palabras. Conversaciones demasiado coherentes nunca hubo. Acción Reacción era el motor que nos impulsaba cada día hacia adelante.
Distancias abismales, fue algo que jamás supimos mantener. Ni quisimos hacerlo. Tiempo separados, simular ser desconocidos... fueron las arma que decidimos emplear para curar las propias heridas. Las que tu te causaste a ti, y las que yo me cause a mi misma. Las que nos causamos mutuamente. Fuimos el número uno de la estupidez.
No me conformo con esto, pero tampoco quiero más. ¿Te suena? Evidentemente, tu tampoco sabes que es lo que quieres, o que es lo que necesitas para retroceder a aquellos momentos en los que nada nos preocupaba. Puede que mi cabeza no esté en su mejor momento. No lo está. Las dudas me absorben, la desconfianza me atrapa y me embauca a permanecer perdida en el tumulto que me rodea día a día. No te preocupes, que tú, lo estás haciendo bien. Has vuelto a regalarme sonrisas, esas que tanto echaba de menos. Las que tanto necesitaba.
¿Una banda sonora para todo esto? Vienen una tras otra las melodías a mi cabeza, frases que nos identifican, que dibujan lo que éramos antes, lo que somos ahora y seremos en un futuro. El único objetivo, motivo, circunstancia, llámalo como quieras, que siempre he mantenido claro, ha sido el sacar lo mejor de ti. Creo que lo he conseguido en cantidades demasiado grandes para lo que estabas/estás acostumbrado. Pero sé que hay mucho más detrás de todas esas trampas que nos hemos ido encontrando por el camino... Ya no hay prisas, solamente todo el tiempo del mundo es lo que tenemos a nuestros pies para volver a empezar, y hacerlo a nuestra manera. La mejor de todas.
Y de repente, cuando menos lo esperas y de la forma que no imaginabas, la vida te proporciona una inyección de adrenalina, que te abre los ojos, y ves que por mucho que pasen los años, cuando la gente es de verdad, no importa ni el tiempo ni la distancia, todo estará en el mismo sitio en el que quedó en el pasado. No todo estaba tan perdido.