domingo, 17 de marzo de 2013

Absurda confianza.




Lo sabía perfectamente.
El transcurso del domingo no iba a tener un aire diferente.
Ni un segundo de desconexión para mi cabeza. 
Todo ese mismo tiempo para la ignorancia de su parte.
Para todo su pasotismo.
Debí de verlo antes.
Todo esto solamente era más de lo mismo.
Un absurdo juego de niños.
Ni si quiera eso. 
Ahora son menos cobardes.
Soy consciente de que he entrado al trapo.
De lleno. Como una absurda.
He querido confiar. Arriesgar.
Y porqué no, dar una oportunidad.
Está claro que soy la única que le ha otorgado el beneficio de un ¿y si sale bien?
a algo, que visto lo visto, no la merece.
De la misma forma, que no merece que le de importancia,
y mucho menos ninguna más de mis lágrimas.
Tengo mucho que dar.
Estaba dispuesta a hacerlo.
Pero hubiese sido un derroche...
Valgo para bastante más que
para ser un por si acaso entre un millón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario