miércoles, 25 de febrero de 2015

Salas de espera.

Semana un tanto agobiante. Ritmo perdido que cuesta volver a retomar. Mismo run run en la cabeza, que no se va y además, se empeña en buscar recovecos a los que aferrarse sin sentido alguno. A eso hay que summar "golpes" externos que vienen a interrumpir la poca calma, sin apreciar lo que después terminarán echando de menos y no podrán volver a tener... y sin embargo otros...



Basamos la vida en esto, en esperar.
Esperar a que suceda algo que nos llame la atención.
Esperar a alguien que creemos nos cambiará la vida.
Sin darnos cuenta que lo que realmente debemos hacer,
es levantarnos y dejar de esperar.
Nada ni a nadie.
Solamente de nosotros mismos
depende que las esperas sean logros.



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